Nueva técnica quirúrgica:
La patología del manguito rotador del hombro afecta aproximadamente al 1-2% de la población general. En caso de confirmarse la rotura del manguito hoy en día se pueden emplear, a grandes rasgos, dos métodos distintos:
1. Técnica clásica abierta:
2. Técnica artroscópica:
EN INSTITUTO NÚÑEZ DE CIRUGÍA ARTROSCÓPICA PROPONEMOS UNA TÉCNICA NUEVA: LA SUTURA ARTROSCÓPICA TRANSÓSEA DEL MANGUITO DE LOS ROTADORES
El entorno de aplicación es la población general y las patologías incluyen todas las roturas de manguito de los rotadores del hombro en cualquier rango de edad. Hay que tener en cuenta que la patología de hombro afecta al 3-7% de la población general y que de estos un 60% son debidos a patología del manguito rotador (esta incidencia aumenta con la edad). Por tanto estamos hablando de una patología con una incidencia del 1,8-4,2% de la población general.
La población diana es toda aquella persona que acude a consulta medica debido a un dolor de hombro y que tenga el manguito de los rotadores roto. Los tratamientos actuales consisten en la realización de una artroscopia de hombro y sutura del tendón roto mediante la colocación de anclajes y posterior paso de los hilos enhebrados en el anclaje a través del tendón, en contraposición con las técnicas antiguas en las que se realizaba una sutura transosea a través de unos túneles que se realizaban en la cabeza del humero mediante un abordaje del hombro abierto que exigía la desinsercion del deltoides, con el consiguiente daño a los tejidos blandos y un mayor tiempo de recuperación para el paciente. El desarrollo de las técnicas artroscopicas ha permitido realizar estas suturas minimizando el daño a los tejidos blandos y acelerando el tiempo de recuperación de los pacientes. Sin embargo, las técnicas actuales tienen el inconveniente del encarecimiento de las cirugías (dado el elevado precio de los implantes y los materiales a emplear) y la necesidad de colocar materiales extraños en el hombro del paciente, lo cual implica un teórico aumento del riesgo de rechazos e infecciones (lo cual tiene como consecuencia un mayor gasto sanitario por la recomendación del empleo de antibióticos profilácticos).
Debido a todas estas consideraciones siempre nos hemos preguntado:
La respuesta a todas estas preguntas está en la pinza que ahora presentamos y que, tras años de esfuerzos (tanto económicos como personales), por fin es una realidad.
Esta nueva tecnología aporta una serie de beneficios:
A continuación voy a pasar a describir la técnica y la pinza en si :
Paso 1: se realiza una limpieza artroscopica de la bursa del espacio subacromial del hombro bajo visión directa hasta conseguir una correcta visualización del manguito y del troquiter (este paso es común para cualquier procedimiento artroscópico de hombro).
Paso 2: se introduce la pinza a través de una cánula (también se puede realizar sin ella) y se procede a coger el tendón roto con la misma, movilizando y llevandolo al punto del troquiter donde se va a realizar la inserción del mismo.
Paso 3: se coloca la pinza en el punto seleccionado, sirviendo la quilla de la parte inferior de la pinza (situada próximalmente a la boca de la misma) como anclaje óseo provisional.
Paso 4: con el tendón situado en el punto seleccionado y la quilla como anclaje óseo (colocada lateralmente al troquiter), se procede a introducir la broca de 4 mm a través de una incisión cutánea de 0,5 cm. Ese apoyara firmemente en la cortical de la cara lateral del humero por fuera del troquiter, que perforara la cortical y realizara el túnel óseo.
Paso 5: se retira la broca y se introduce la aguja con el hilo enhebrado que traspasara el túnel óseo y el tendón roto.
Paso 6: a través de un portal creado previamente se recupera el hilo, procediendo posteriormente a retirar aguja.
Paso 7: a través del portal se recupera el otro cabo del hilo (si no se visualizara fácilmente será colocado dentro del campo de visión con un empujanudos que será introducido a través de la incisión de 0,5 cm que hemos utilizado para colocar ambas camisas y la broca).
Paso 8: de esta manera habremos conseguido pasar un hilo a través de un túnel óseo y del tendón roto, de forma que si hacemos un nudo corredizo habremos conseguido suturar el tendón contra el troquiter aplastando contra el mismo una superficie tendinosa de unos 15 mm.
Paso 9: se corta el hilo y estamos así preparados para reiniciar el proceso o bien completarlo con la sutura clásica mediante anclajes. De esta manera se pueden utilizar ambas técnicas de manera que sean una complementaria de la otra, bien sustitutiva en caso de complicaciones técnicas o de primera elección en función del paciente, de la pericia del cirujano o del tipo de sutura que sea necesario realizar.
La técnica mas parecida encontrada en la literatura (aunque de mas complejidad técnica para su desarrollo y empleo intraoperatorio) corresponde al sistema Arthrotunneler de Tornier. Dicha técnica tiene, a nuestro entender la desventaja de que una vez pasados los hilos a través del hueso hay que proceder a pasarlos a través del tendón roto (lo cual hace el proceso más complejo), a diferencia de nuestro sistema, que consigue pasar el hilo a través del hueso y del tendón en un solo paso.